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Una razón más para pararlo: microplástico ahora en pulmones humanos

Apr 20, 2022

Una razón más para pararlo: microplástico ahora en pulmones humanos

Investigadores de la Facultad de Medicina de Hull York han identificado y caracterizado 11 microplásticos en la parte superior del pulmón, siete en la parte media y 21 en la parte inferior del pulmón. Las partículas medían menos de 3 micrones (μm) y las fibras entre 8,12 y 16,8 μm. Una micrón o micra equivale a 0,001 milímetro (mm). “La mayoría de los polímeros que detectamos estaban constituidos por polipropileno y polietileno, los tipos de plásticos más fabricados en todo el mundo, que se utilizan para el envasado de alimentos y en otros productos”, dice Laura Sadofsky, profesora titular de medicina respiratoria en la Facultad de Medicina de Hull York.

Varios estudios vienen informando acerca de la presencia de microplásticos en los ecosistemas acuáticos, terrestres, aéreos y también en algunos alimentos. Las fibras y partículas de polímeros han sido detectadas, por ejemplo, en peces, sal de cocina, agua potable, leche, té, cerveza, miel, azúcar y vegetales. No es una novedad que la gente esté inhalando y, eventualmente, ingiriendo polímeros. Con todo, según los investigadores, este trabajo es el primero en señalar que las partículas y fibras plásticas pueden acumularse en los tejidos pulmonares.

Una tarjeta de crédito por año
El ecólogo marino de origen británico Richard Thompson, de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido, acuñó en 2004 el término microplásticos para denominar a las partículas de polímeros con un tamaño menor que 5 mm. Su equipo de investigadores halló microplásticos en las arenas de las playas del Reino Unido, durante una investigación sobre los impactos de los desechos marinos en distintos ecosistemas. Estos minúsculos restos de polímeros son comunes en diferentes ambientes acuáticos ya que botellas y envases plásticos se descartan de manera inadecuada, acumulándose en ríos y mares.

La lenta erosión de los residuos plásticos genera suciedad y contaminación. En 2015, oceanógrafos de Europa y Estados Unidos calcularon que para 2030, habría entre 15 y 51 billones de partículas de microplásticos flotando sobre los océanos. Otra fuente de estas partículas son los neumáticos en constante fricción con el asfalto en ciudades y carreteras. Así también, las fibras sintéticas que se utilizan en la confección de vestimenta e indumentaria. Esto significa que las personas pueden inhalar cantidades significativas de microplásticos diariamente. Según un estudio publicado en marzo de este año por la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, las personas podrían estar ingiriendo anualmente una cantidad de plástico equivalente a una tarjeta de crédito.

La ingesta de microplásticos, al parecer, disminuye y ralentiza la capacidad reproductiva de algunas especies marinas, que son objeto de la mayoría de los estudios sobre impacto ambiental de los polímeros en general. “En el medio ambiente, los microplásticos pueden funcionar como vectores y unirse a otros contaminantes, tales como metales pesados o compuestos orgánicos, o incluso a microorganismos tales como virus o bacterias”, comenta Sadofsky. “Pueden constituirse en una especie de ‘cóctel químico y biológico’ y causar efectos múltiples en la salud”. La misma doctora en medicina subraya que su equipo está realizando un estudio acerca de la posibilidad de que los microplásticos propaguen el coronavirus en entornos urbanos abiertos.

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